lunes, 26 de enero de 2015

Für Joachim

Joachim Kühn                                          Fotografía: Jens Herrndorff

Aquélla resaca trapera
In ewiger Dankbarkeit Joachim, ohne tempo....trozdem tief.

Erik Satie por jazzerías,
teclas, sombra, Lady Day,
taconeo gitano, duende,
Mal da la extremaunción,
tres acordes permanentes.

Idénticamente diverso,
poeta, aún imperfecto,
leve, volátil, transparente,
crucificado a su ataúd,
Bill...evanescente.

Levitar, respirar, huir,
salirse del compás,
cánones al viento,
tocar...tocar...tocar...tocar...
Monk, impugnando al tiempo.

Notas desgarradas,
cadencias tendenciosas,
rutas indescifrables,
tres escalas hirientes,
¿los ángeles?...tan afables.

Aquélla resaca traidora...
como en la vieja habanera,
a Monk, a Bill, a Mal...
¿hadas de la mar?, o trapera...
nos los llevó.

Otra ola sincopada,
bachiana y atrevida,
mitad Ludwig Van y mitad Rilke, 
en barquito de pentagrama,
¿no es cierto, Chema*?

Manolo López


viernes, 23 de enero de 2015

A Chema

Cuando me atrapó el jazz
 a Chema García Martinez, quién mejor que él para revalorizar el post con una de sus fotos, música, o texto preferido

Quizás haya que olvidar viejas rutas para encontrar nuevos valles,
tal vez, aún virgen, la nueva oriente a Nirvana,
que esa ola a la deriva, seductora e ineludible,
sea quién me cabalgue hasta esa arena...

Cuando me atrapó el jazz por vez primera,
grabé aquél saxo sexy de novela negra,
horario alemán, o después de la cena,
soplaría Ben, Coleman o Rollins...
¿tal vez Teach me tonight?...

Cuando me atrapó el jazz de aquélla manera,
esa noche que las velas movieron el viento,
que las cuerdas tensaron el tempo,
Satchmo con los labios rotos gemía,
mientras Ella abrazaba a Jobim...

Cuando me atrapó el jazz de aquélla manera,
era una tasca y ella sentada enfrente,
oteando ruedos desde la barrera,
seria aquélla voz triste o las birras,
la luz, el ambiente o las velas...

Cuando me atrapó el jazz de mala manera,
el día que me hundí en su sueño,
aquélla medianoche que penetró mi vena,
era, y con certeza, una resaca trapera,
Bill Evans en el Vanguard...

Cuando me atrapó definitivamente el jazz,
fue tan tarde jazzeando a Cortázar,
la noche en metro del Perseguidor,
aquél artículo sobre Monk,
y tantos manifiestos de Chema...


Manolo López 22 Enero 2015 escuchando a los mencionados

martes, 20 de enero de 2015

Una obra ambiciosa

 
Autor: Til Brönner
Una obra ambiciosa

 Se oyó el ruido de un bombo, y la voz del director de orquesta destacó súbitamente sobre el bullicio del jardín:
-  Señoras y caballeros -exclamó-. A solicitud de Mr. Gatsby vamos a interpretar para ustedes la última composición de Mr. Vladimir Tostov, que tanta atención despertó el pasado mes de mayo en el Carnegie Hall. Si leyeron los diarios, sabrán que fue un acontecimiento sensacional -sonrió con jovial condescendencia, añadiendo-: ¡Menuda sensación! -y todo el mundo se echó a reír-. La pieza es conocida -concluyó con vibrante tono de voz- como "La historia mundial del jazz", por Vladimir Tostov.

Scott Fitzgerald - El gran Gatsby

lunes, 12 de enero de 2015

Pianistas

Earl Hines - Milan 67 Autor: Roberto Polillo

Larga es la lista como largo el teclado, blancas y negras, marfil y caoba; vida de tonos y semitonos, de pedales fuertes y sordinas. Como el gato sobre el teclado, cursi delicia de los años treinta, el recuerdo apoya un poco al azar y la música salta de aquí y allá, ayeres remotos y hoyes de esta mañana (tan cierto, porque Lucas escribe mientras un pianista toca para él desde un disco que rechina y burbujea como si le costara vencer cuarenta años, saltar al aire aún no nacido el dí en que alguien grabó "Blues in Thirds").
Larga es la lista, Jelly Roll Morton y Wilhelm Backhaus, Monique Haas y Arthur Rubinstein, Bud Powell y Dinu Lipatti. Las desmesuradas manos de Alexander Brailowsky, las pequeñitas de Clara Haskil, esa manera de escucharse a sí misma de Margarita Fernández, la espléndida irrupción de Friedrich Gulda en los hábitos porteños del cuarenta, Walter Gieseking, Georges Arvanitas, el ignorado pianista de un bar de Kampala, don Sebastián Piana y sus milongas, Maurizio Pollini y Marian McPartland, entre olvidos no perdonables y razones para cerrar una nomenclatura que acabaría en cansancio, Schnabel, Ingrid Haebler, las noches de Solomon, el bar de Ronnie Scott, en Londres, donde alguien que volvía al piano estuvo a punto de volcar un vaso de cerveza en el pelo de la mujer de Lucas, y ese alguien era Thelonious, Thelonious Sphere, Thelonious Sphere Monk.
A la hora de su muerte, si hay tiempo y lucidez, Lucas pedirá escuchar dos cosas, el último quinteto de Mozart y un cierto solo de piano sobre el tema de "I ain't got nobody". Si siente que el tiempo no alcanza, pedirá solamente el disco de piano. Larga es la lista, pero él ya ha elegido. Desde el fondo del tiempo, Earl Hines lo acompañará.

Julio Cortázar - Un tal Lucas

* En mayo de 1983 y a propósito de la muerte de Earl Hines, Cortázar comentó en una carta a Saúl Sosnowski lo siguiente: "Nunca olvidaré que lo cite en una de mis clases en Berkeley, y que nadie de cien estudiantes, sabía quien era".

domingo, 4 de enero de 2015

La 'flatted fifth'

Wardell Gray , Frank Morgan y Ernie Royal - Fotografía William Claxton


..así como entonces había sido absurda la pretensión de Jelly Roll Morton de haber "inventado" el jazz, sería igualmente absurda la pretensión de cualquier músico de los cuarentas de haber "inventado" el jazz moderno. 

Este nuevo estilo de jazz recibió el nombre de "bebop", palabra en que se refleja onomatopéyicamente el intervalo más popular de la época: la quinta disminuida descendente. Las palabras "bebop" o "rebop" se formaban por sí solas cuando se querían cantar tales saltos melódicos. 

Ésta es la explicación que el trompetista Dizzy Gillespie, uno de los principales exponentes del nuevo estilo, dio del origen de ltérmino "bebop".
Hay tantas teorías sobre e lorigen de esta palabra como las hay casi acerca de cualquiera de las expresiones del jazz. 

La"flatted fifth" —la quinta disminuida— fue el intervalo más importante del bebop o, según se abrevió al poco tiempo, del bop. Poco antes se habría sentido su empleo como defectuoso o al menos como disonante; en todo caso, hubiera sido posible como un "acorde de transición" o como uno de los peculiares efectos armónicos de que tanto gustaban Duke Ellington o el pianista Willie "TheLion" Smith ya en los años veintes. 
Y ahora era el rasgo característico de todo un estilo; en general, la estrechez armónica de las formas primitivas de jazz se ampliab aconstantemente. Diez o doce años más tarde —y también de esto hablaremos en el momento oportuno— ,la "flatted fifth" era una "blue note": se la utilizaba para lograr el mismo efecto que las terceras y séptimas que caracterizan al blues.
Joachim Ernst Berendt - El Jazz - De Nueva Orleans Al Jazz Rock

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